El síndrome del ojo seco puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen, interfiriendo en actividades cotidianas como leer, trabajar con computadores o conducir
El ojo seco es una condición multifactorial y ocurre cuando los ojos no producen suficientes lágrimas o cuando estas se evaporan demasiado rápido. “Las lágrimas son esenciales para mantener la superficie ocular lubricada, protegida contra infecciones y con una visión clara”, explica la Dra. Liliana Kiraz, jefa de Oftalmología de Clínica INDISA Maipú. “Cuando este delicado equilibrio se altera, aparece la sensación de sequedad, irritación y otros síntomas incómodos”, agrega.
«En Clínica INDISA Maipú, hemos observado un aumento significativo de casos de ojo seco, especialmente en adultos jóvenes y profesionales que trabajan largas jornadas frente a pantallas. La combinación de la contaminación ambiental, junto con el uso intensivo de dispositivos digitales, ha generado un perfil particular de paciente. Aproximadamente el 30% de nuestras consultas oftalmológicas en el sector están relacionadas con esta condición, lo que refleja una tendencia preocupante que requiere mayor concientización sobre medidas preventivas”, alerta.
Causas y factores de riesgo
«El síndrome de ojo seco es mucho más que una simple molestia”, precisa la Dra. Liliana Kiraz. “Es una enfermedad inflamatoria crónica de la superficie ocular que, si no se trata adecuadamente, puede llevar a complicaciones como úlceras corneales e infecciones”, puntualiza.
La sequedad ocular puede originarse por diversos factores ambientales que enfrentamos a diario y que deterioran la película lagrimal:
- La exposición constante a sistemas de aire acondicionado o calefacción, especialmente en oficinas y lugares cerrados.
- Contaminación ambiental de las grandes ciudades.
- Climas secos o ventosos.
- Exposición al humo de cigarrillo.
- Efectos secundarios de ciertos medicamentos como antidepresivos y antihistamínicos.
La especialista destaca que nuestros hábitos diarios también juegan un papel fundamental en el desarrollo del ojo seco. “El uso prolongado de dispositivos electrónicos reduce drásticamente nuestra frecuencia de parpadeo, lo que impide la adecuada distribución de lágrimas sobre la superficie ocular”, explica.
Asimismo, la lectura prolongada sin descansos visuales periódicos y la utilización inadecuada de lentes de contacto (especialmente cuando se excede el tiempo recomendado) pueden desencadenar o agravar esta condición.
Síntomas y signos de alerta
“Un error común es pensar que el ojo seco solo produce sensación de sequedad. Sin embargo, paradójicamente, muchos pacientes experimentan lagrimeo excesivo como mecanismo compensatorio. Esto suele confundir y retrasar el diagnóstico adecuado”, plantea la jefa de Oftalmología de Clínica INDISA Maipú.
El ojo seco es una condición crónica que requiere atención especializada y, en muchos casos, tratamiento de por vida. Reconocer sus síntomas tempranamente y actuar de manera adecuada puede prevenir complicaciones y mejorar significativamente la calidad de vida. No subestime los síntomas persistentes y consulte con un especialista ante las primeras señales.
Los síntomas del ojo seco son diversos y pueden variar en intensidad:
- Sensación persistente de arenilla o cuerpo extraño en los ojos.
- Ardor o picazón que empeora al final del día.
- Enrojecimiento ocular.
- Mayor sensibilidad a la luz que puede resultar incómoda en espacios muy iluminados o al conducir de noche.
- Episodios de visión borrosa temporal que mejoran momentáneamente al parpadear.
- Dificultad para usar lentes de contacto por períodos prolongados, debido a la incomodidad que generan al no contar con suficiente lubricación.
- Fatiga ocular después de períodos de concentración visual, como trabajar con computadores o dispositivos móviles.
Tratamientos disponibles
“El tratamiento del ojo seco debe ser personalizado según la causa subyacente y la gravedad de los síntomas”, afirma la Dra. Liliana Kiraz.
Casos leves a moderados | Casos severos |
Lágrimas artificiales sin conservantes. | Gotas con antiinflamatorios. |
Higiene palpebral diaria. | Tapones lagrimales. |
Suplementos de omega-3. | Luz pulsada intensa (IPL). |
Modificaciones ambientales. | Expresión mecánica de las glándulas. |
Regla del 20-20-20: cada 20 minutos en pantalla mirar un objeto a 6 metros durante 20 segundos. | Suero autólogo. |
Prevención
La prevención del ojo seco comienza con pequeños cambios en nuestros hábitos diarios:
- Hidratación constante.
- Uso de humidificadores en ambientes secos.
- Proteger los ojos del viento y la contaminación mediante lentes adecuados, especialmente al practicar deportes al aire libre o en días de alta contaminación.
- Alimentación equilibrada rica en ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos y frutos secos.
- Evitar la exposición al humo del tabaco y a ambientes muy contaminados.
Si experimenta síntomas de ojo seco de manera recurrente, no espere a que empeoren. Recurra a un especialista certificado.